Un cambio de imagen
Staci necesitaba un cambio de imagen a toda costa porque ella misma estaba cambiando su forma de ser por dentro. Ya no le gustaba tanto llamar la atención y no se veía sexy ni bonita, quería tener una apariencia un poco más dulce y un poco menos agresiva y su cambio de look empezaría por tratar de quitarse las rastas sin tener que raparse la cabeza. Era todo un desafío pero estaba decidida a hacerlo cuanto antes.
Pasaron las 24 horas
Staci se había pegado todo el día trabajando en la peluquería con la cabeza llena de mil potingues y lo mejor de todo, con un gorro como los de ducha de plástico para que la mezcla calara bien. Todos los clientes se le quedaban mirando preguntándose qué demonios se habría hecho ahora en el pelo, pero a ella le daba igual, tenía un objetivo muy claro marcado y lo iba a conseguir sí o sí. Además, nunca le importó hacer el ridículo o lo que pensaran los demás.